El Test de Agilidad nos permite poner a prueba nuestro nivel de agilidad y de alguna manera evaluarlo, ya que el rendimiento obtenido se puede cuantificar, de ahí que pueda utilizarse como test para la medición de esta capacidad.
Para su puesta en práctica no se precisan grandes requerimientos materiales y las habilidades ejecutadas no necesitan grandes dosis de aprendizaje previo (aunque saltar vallas no es una tarea del todo fácil), de ahí que sea utilizado con bastante frecuencia en procesos de selección en los que se quiere valorar la agilidad (policías, profesores educación física, etc).
Este Test de Agilidad habría que realizarlo en una superficie lisa y firme (asfalto, madera, pista polideportiva… ), para evitar resbalones, y como material auxiliar necesitamos dos vallas comunes de atletismo a una altura de 0,72 cm y cuatro picas con una altura de 1,70 metros.
El ejercicio sería un recorrido a través del circuito que presentamos a continuación en el que el practicante tiene que combinar cambios de dirección y la superación de obstáculos por debajo y por encima.
El circuito se dispone colocando las vallas enfrentadas a seis metros de distancia, mientras que situamos dos picas separadas entre sí una distancia de cuatro metros, quedando cada pica a la misma distancia de cada valla, formando un rombo de esta manera.
A la primera valla (punto desde el que iniciaremos el recorrido) se le adosan lateralmente las otras dos picas, de manera que cada lateral se prolonga hacia arriba limitando el espacio por el que movernos si la saltamos.
Es muy importante para la prevención de accidentes en el test de agilidad, no equivocarnos en la colocación de las vallas de manera que se caigan con facilidad si son golpeadas. Si saltamos una valla en sentido contrario y tropezamos sobre ella, esta no caerá y nosotros nos haremos daño con la caída o con el golpe.
Descripción del Test de Agilidad de picas y vallas
Ahora vamos a pasar a describir el recorrido del test de agilidad, fragmentándolo en las distintas dificultades que nos vamos a ir encontrando por el camino:
Salida: Que se realiza desde un lateral de la valla con picas adosadas (valla 1), siempre por detrás de ella, para lo cual tendríamos que trazar una línea en prolongación a la línea del obstáculo.
El participante puede escoger el lado de la valla desde el cual va a salir, opción que invierte totalmente el sentido en el que se abordan los obstáculos. De esta manera se respetan las preferencias de lateralidad de cada individuo.
La salida se realiza en dirección hacia la pica más alejada (hacia el lado contrario desde donde salimos), para bordearla por fuera.
Paso por debajo de la valla: Tras bordear la pica nos dirigimos hacia la parte más alejada de la segunda valla, para pasar por debajo de ella en dirección hacia la segunda pica.
Salto lateral de la valla: Tras bordear por fuera la segunda pica nos dirigimos hacia la parte más alejada de la valla de salida, la bordeamos por ese lado para saltar por encima de ella en dirección a la segunda valla.
No debemos olvidar que esta valla tenía limitado su espacio superior por la presencia de las dos picas adosadas, que no podemos tocar al saltar la valla.
Salto frontal de la valla: Tras superar lateralmente la valla de salida corremos hacia la segunda valla, que nos encontramos justo en frente, para superarla por arriba sin tener que cambiar más de dirección.
En anteriores párrafos se ha hablado sobre el test de agilidad para la valoración de la agilidad por medio de una carrera de obstáculos. Tras ver la colocación del equipamiento y la descripción del recorrido, nos faltaría describir las normas fundamentales que hay que respetar en su ejecución para poder ponerlo en práctica.
La valoración del rendimiento en este Test de Agilidad se consigue a través del tiempo invertido en realizarla, de ahí que esta actividad se trate como una carrera de velocidad sobre un circuito de obstáculos, por lo que el Test de Agilidad tiene que ser cronometrada por alguien.
Para dar la salida el cronometrador utiliza dos voces, la de “listos” para que el corredor se prepare, y la de “ya” para indicarle la salida, momento en el que se activa el cronometro.
El final del Test de Agilidad lo marca el salto por encima de la segunda valla, y el cronometro se para en el momento que el corredor toma contacto con el suelo tras el salto, valorando el tiempo obtenido en segundos y décimas de segundo.
Al participante se le permiten dos intentos, por si comete alguna infracción en el primero, de los cuales se escoge el mejor tiempo realizado si los dos se ejecutan correctamente.
En este sentido se considera intento nulo aquel en el que el participante:
- – Se ponga en marcha antes de tiempo.
- – Desplace o tire alguna pica o valla.
- – No realice el recorrido por donde está estipulado.
La valoración de los resultados se consigue utilizando tablas de baremación, en las que se le atribuye una puntuación a cada intervalo de tiempo, las cuales se elaboran estadísticamente con los resultados de personas con similares características físicas (edad, sexo, etc).
El circuito de obstáculos combina una serie de dificultades en un mismo recorrido, de manera que el rendimiento total en el circuito puede alcanzarse si mejoramos el rendimiento particular en cada una de las dificultades, de ahí que para su entrenamiento, habría que trabajarla también por partes.
En este sentido nuestra sugerencia pasa por entrenar y pulir cada una de las habilidades por separado, para combinarlo luego con la ejecución completa del Test de Agilidad.
Lo primero que deberíamos de hacer es escoger el lado por el que realizar el Test de Agilidad, lo cual está relacionado con nuestra lateralidad. En este sentido, cada uno tenemos un lado desde el cual nos resulta más fácil realizar el giro por la valla para atravesarla por debajo, y el giro por la valla para saltarla por arriba, que son las dos acciones más complejas nos encontramos en este Test de Agilidad, las cuales se realizan hacia el mismo lado.
Por eso, el lado de salida debería estar condicionado por nuestra capacidad para realizar estas dos habilidades.
Una vez definido el lado de salida, podemos centrarnos en trabajar el primer tramo del recorrido, el que nos hace superar la primera pica por fuera.
Analizando esta fase, nos damos cuenta que lo más importante aquí es apoyar el pie más alejado a la valla al rebasar la pica para facilitar el cambio de dirección.
Si apoyamos el pie más próximo a la valla, estamos obligados a dar otro paso antes de cambiar de dirección, al margen de recortar la distancia a la valla por lo que el ángulo sobre el que girar sobre la valla va a ser más cerrado.
El primer tramo de carrera hasta la primera pica debería garantizar este objetivo, por lo que podemos talonar los pasos, e incluso valorar el pie con el que salimos para que nos salgan las cuentas.
En anteriores párrafos comentábamos que el entrenamiento del test de agilidad de picas y vallas, podía resultar más eficaz si descomponíamos el ejercicio en tramos, de manera que en el entrenamiento se trabajen cada una de las distintas dificultades técnicas que se deben sortear en la ejecución del test de agilidad por separado.
De esta manera facilitamos el aprendizaje de los movimientos más complejos, ya que la organización mental previa del movimiento a ejecutar se simplifica, facilitando la focalización de la atención en los aspectos más complejos, y porque la evaluación de los movimientos realizados resulta más sencilla, si se tienen que recordar menos acciones.
Así en los párrafos anteriores nos centramos en este tema, habíamos iniciado la descripción de un modelo de ejecución valido para conseguir buenos tiempos en el test de agilidad si nos ajustamos fielmente a él.
Nuestro recorrido se había detenido en la primera pica, la cual habría que rodear por fuera para seguir corriendo hacia la siguiente valla. En este caso considerábamos interesante al igual que sucede con el “dribbling” superar la valla adelantando el pie más alejado a la pica, respecto al que nos apoyamos para frenar nuestra inercia e impulsarnos en la nueva dirección.
En este sentido, si corremos excesivamente rápido, vamos a tener más dificultades para frenar y con ello para cambiar la dirección del desplazamiento con rapidez, por lo que puede resultar más interesante correr a un ritmo más moderado respecto al que nos cueste poco esfuerzo frenar y que nos permita salir de los quiebros con mayor rapidez y ligereza.
Lo ideal en nuestro juicio, sería acelerar en el primer tramo para arañar alguna décima al cronómetro, y dejarnos ir poco a poco al acercarnos al obstáculo, para llegar al mismo casi sin impulso, facilitando así el cambio de dirección al no tener que frenar ninguna inercia, y poder emplear así todo el esfuerzo muscular en impulsarnos en la nueva dirección.
4 Comentarios
4 Replies to “Test de agilidad: El circuito de vallas y picas”
me servio de algo para mis tareas gracias
me sirbio de algo para vmis tareas y trabajosd grasias
por favor!!! aprende a escribir!!!
una pregunta¡
Quien invento el test de agilidad???