La velocidad de reacción es una capacidad que va evolucionando a lo largo de la vida del individuo. Sólo podemos alcanzar el máximo rendimiento entre los 18 y los 25 años, porque necesitamos para alcanzar la mayor velocidad de respuesta toda la frescura nerviosa que nos aporta la juventud, combinada con el suficiente grado de maduración de las estructuras nerviosas.
La velocidad de conducción nerviosa es el elemento que limita y determina la posibilidad de responder con velocidad. La máxima velocidad de conducción sólo se puede conseguir si el sistema funciona como un reloj y esto sólo es posible en la juventud. Y es que la velocidad es en general la actividad más exigente para el organismo.
Otras capacidades tienen mayor posibilidad de ocultar los efectos del envejecimiento del organismo compensándola con otras virtudes, a parte de no presentar un envejecimiento tan precoz (caso de la fuerza y la resistencia).
A los 25 años cuando empiezan a manifestarse los primeros síntomas de envejecimiento, está capacidad empieza a perder eficacia descendiendo su nivel progresivamente hasta los 45 años, alcanzando un nivel similar al de los 13 -14 años.
Pero esta juventud sólo nos sirve de ayuda si el sistema nervioso está perfectamente desarrollado y estructurado. Por eso no encontramos los mejores niveles en la infancia y adolescencia.
La velocidad de reacción es un elemento muy importante para el desarrollo de la coordinación nerviosa y por eso hay que iniciar su entrenamiento en la infancia.
Se considera que a partir de los 10 años es el mejor momento para iniciar su práctica y es esencial comenzar en estas edades si queremos que esta capacidad se pueda desarrollar al máximo. Lo que no desarrollemos en esta etapa no será recuperable más tarde por lo que no podemos dormirnos …
Para desarrollar la velocidad tenemos que trabajar los siguientes aspectos.
1. La técnica del movimiento con el que tenemos que movernos: Hay que tener un dominio perfecto de la técnica para que el esquema mental del movimiento se mantenga fresco en la memoria motriz. Al ser un movimiento que tenemos muy presente en la conciencia es más fácil recurrir a él.
Además al entrenar exhaustivamente un movimiento, éste cada vez resulta más fácil para el cuerpo. La reacción es más rápida con movimientos que son más fáciles de realizar.
El entrenamiento constante de la técnica y la coordinación mantiene en general al sistema nervioso más engrasado y despierto en general, con lo que la transmisión de mensajes resulta más fluida.
Para conseguir este automatismo en la técnica hay que repetir muchas veces el movimiento, pero interesa hacerlo de una manera consciente, es decir poniendo mucha atención a la ejecución para ir incorporando al esquema las distintas sensaciones que nos aporta el movimiento y para detectar la causa de los errores que vayan apareciendo.
Dentro del trabajo de la técnica tenemos que trabajar la velocidad de movimientos, y en este sentido podemos ayudarnos de algunos recursos:
– La velocidad gestual: Podemos entrenar los movimientos veloces sin tener que responder a una señal. Este trabajo mejora el tiempo de reacción, aunque el desarrollo del tiempo de reacción no mejore la velocidad de movimientos.
Como se ha comentado antes, se puede facilitar o simplificar el movimiento para conseguir mayor velocidad de movimientos.
3 Comentarios
3 Replies to “La velocidad de reacción: El entrenamiento”
son unos ipocritas
la verdad me parece interesantes alguns cosas pero no sirven mas que para alimentar el sentido comun, nada muy importante que se pueda usar en un entrenamiento ni nada.
Me parece mas pertinente hablar de tiempo de reacción (se mide en una unidad de tiempo), que de velocidad de reacción.
Atentos saludos y felicitaiones por sus aportes.
Sergio