Las acciones físicas dinámicas producen un efecto diferente sobre el organismo que las estáticas. Esta es una variable más de las acciones físicas que hay que tener presente a la hora de seleccionar las actividades con las que planificar el entrenamiento.
El trabajo estático aumenta la presión interna del músculo, lo que provoca una reducción del riego sanguíneo a nivel capilar y con ello la aportación de oxígeno a las fibras musculares.
El riego empieza a dificultarse cuando el esfuerzo estático alcanza el 15% de la tensión máxima, y se colapsa totalmente con tensiones estáticas superiores al 50%. La restricción del riego sanguíneo provoca una activación cada vez más intensa de los mecanismos anaeróbicos de producción de energía para que no se interrumpa el suministro.
Por otro lado, en el trabajo dinámico se mantiene el trabajo aeróbico durante más tiempo, ya que la alternancia entre las fases de tensión y distensión facilitan una buena irrigación de la musculatura. El músculo ejerce un efecto de bombeo de la sangre con estas fases de tensión y distensión facilitando especialmente el caudal venoso de retorno.
Los esfuerzos estáticos provocan la fatiga más rápidamente que los dinámicos. Esto es debido a la falta de irrigación dificulta y se manifiesta en una aparición más temprana del cansancio nervioso.
Los esfuerzos estáticos producen un aumento de la frecuencia cardíaca, pero no influyen en el sistema cardiovascular, por lo que la resistencia estática no sirve para mejorar la resistencia cardiovascular.
En 1982, Hollman y Hettinger diferenciaron dos manifestaciones distintas de la resistencia en función del grado de dinamismo de las acciones deportivas: la resistencia estática y la dinámica.
El entrenamiento de la resistencia estática suele enfocarse desde el punto de vista de la fuerza, ya que las mejoras principales se producen con el aumento de la fuerza máxima estática, ya que eleva el umbral de sensibilidad respecto a los que se activa el metabolismo anaeróbico en los esfuerzos.
Hollman y Hettinger combinan tres factores para elaborar su clasificación de la resistencia: Masa muscular, vía energética, forma de trabajo:
– Capacidad local de soporte: Resistencia anaeróbica local y dinámica.
– Capacidad local de aguante: Resistencia anaeróbica local y estática.
– Capacidad general de soporte: Resistencia anaeróbica general y dinámica.
– Capacidad local de rendimiento prolongado: Resistencia anaeróbica local (estática y dinámica).
– Capacidad global de rendimiento prolongado: Resistencia aeróbica general y dinámica.
Seguiremos …
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