El Origen de los Juegos Olímpicos modernos se suele ubicar en el año 1896, con la celebración de los Juegos Olímpicos que se celebraron ese mismo año en la ciudad de Atenas, pero lo cierto es que los primeros juegos olímpicos de la era moderna ya se habían celebrado también en Atenas treinta y siete años antes, en 1859.
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Las excavaciones de Olimpia
El interés por explorar la cuna perdida de los Juegos Olímpicos se remonta a los inicios del siglo XVIII. En 1829, en el marco de la guerra de independencia del pueblo griego, se realizaron las primeras excavaciones en los yacimientos de Olimpia por parte del gobierno francés. Los resultados obtenidos de las excavaciones en la zona permitieron especular sobre cómo se desarrollaba este mítico ritual.
La figura de Evangelios Zappas
Los antiguos ideales olímpicos recientemente rescatados inspiraron a Evangelios Zappas, comerciante griego afincado en Rumanía, quien se apasionó con la idea de restaurar esta antigua tradición griega. Su motivación por este tema le llevó a implicarse directamente en la organización de unos Juegos Olímpicos que reprodujeran fielmente los antiguos juegos que se celebraban en Olimpia.
En noviembre de 1859 consiguió que se materializara su objetivo con la celebración en Grecia de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna. Consiguió para ello el apoyo del rey Otto de Grecia, y contribuyó con una importante donación económica a la financiación de estos Juegos Olímpicos. Sin embargo, esta novedosa iniciativa no alcanzó mucho éxito.
El compromiso de Evangelios Zappas con su idea le llevó a legar una inmensa fortuna al estado griego que sirviera para financiar la organización de futuras ediciones de estos Juegos Olímpicos. Quería que las Olimpiadas se celebraran cada cuatro años “en la memoria de nuestros ancestros”.
Otros intentos
La cita se repitió en noviembre de 1870 y en mayo de 1875 y de 1889, pero estas citas tampoco tuvieron mucho éxito por la poca importancia que se le otorgaba a Grecia en aquella época, así como por la limitada capacidad organizativa de su mecenas.
En 1890 se realizó otra propuesta previa a los actuales juegos olímpicos, la Olimpiada anglosajona de Astley Cooper, pero la iniciativa que realmente cuajó fue la desarrollada posteriormente por el Barón Pierre de Coubertin.
El Barón Pierre de Coubertin
La restauración definitiva de los antiguos juegos panhelénicos se produjo con los Juegos Olímpicos celebrados en Atenas en el año 1896. La rehabilitación definitiva de esta antigua tradición griega se debe al tesón de un aristócrata francés, el Barón Pierre de Fredy, más conocido por su título nobiliario, el de Barón de Coubertin, que sugirió y coordinó la puesta en marcha de este evento deportivo.
Ya en su juventud renunció a su formación militar a pesar de la presión familiar porque sentía un gran interés por la educación y los problemas sociales.
Sus primeras iniciativas
Con su visita a las ruinas de Olimpia y tras familiarizarse con los descubrimientos realizados en sus excavaciones, despertó en él la idea de revivir estas viejas competencias y siguió con atención los esfuerzos poco fructíferos que realizó Evangelios Zappas en su afán por resucitar la cita olímpica.
Se desarrolló en él la creencia de que una competición deportiva de estas características en la que participarán todos los países del Mundo podía ayudar a suavizar las relaciones internacionales, en una época está (finales del siglo XIX) dominada por las grandes tensiones nacionalistas.
Por otro lado, Coubertin mostraba gran interés en mejorar el modelo educativo francés, buscando en sus viajes inspirarse en los sistemas educativos de otros países. Era un gran defensor del equilibrio entre el trabajo intelectual y el físico dentro del programa educativo.
Ya en 1887 publicó un artículo en el que exponía su proyecto educativo en el cual se daba gran importancia a la creación de instalaciones deportivas en las escuelas, y en la creación de competiciones escolares.
La conferencia de París en 1894
En una conferencia pronunciada en la universidad de la Soborna en noviembre de 1892, Coubertin presentó su programa para restaurar las antiguas olimpiadas a la Unión deportiva y Atlética de Paris, tras una escrupuloso trabajo de relaciones públicas. Pero el proyecto no tuvo una cálida acogida y esto produjo una gran decepción en Coubertin, que trató entonces de internacionalizar la propuesta.
En junio de 1894 la Unión Deportiva Francesa organizó un congreso internacional de Amateurismo en París (otra vez en la Sorbona), con la asistencia de 69 representantes de 12 países. Coubertin consiguió un fuerte apoyo de otros países y entre todos llegaron al acuerdo de reanudar oficialmente los juegos olímpicos.
El Comité Olímpico Internacional (COI)
En este mismo congreso decidieron crear el Comité Olímpico Internacional (COI) para dirigir y organizar los juegos. El COI se iba a encargar de decidir la ubicación de las sucesivas ediciones de los Juegos Olímpicos entre las distintas ciudades del mundo. El primer presidente elegido para este comité fue Demetrios Vikelas, un antiguo colaborador de Evangelios Zappas en sus intentos previos por organizar los juegos, quedando Coubertin como Secretario general. En 1896, Coubertin se hizo cargo de la presidencia del COI, con la intención de implantar el espíritu olímpico que anteriormente trató de resucitar Evangelios Zappas. La presidencia de Coubertin se prolongó durante 29 años, ostentando el cargo hasta el año 1925.
La elección de los primeros Juegos
Coubertin propuso que la primera edición de los Juegos Olímpicos se celebrara en el año 1900, coincidiendo con la Exposición Universal de Paris, pero los miembros del congreso consideraron que una espera de seis años podía provocar una pérdida de interés por los juegos, de ahí que optaran por celebrar los Juegos inaugurales en el año 1896. Por su parte, Demetrios Vikelas sugirió la ciudad de Atenas como primera sede para estos juegos, en reconocimiento histórico al país de donde viene esta tradición, siendo esta propuesta la ganadora.
Los Juegos Olímpicos de Atenas en 1896
El 24 de marzo de 1896, el rey Jorge de Grecia declaró la apertura de los Primeros Juegos Olímpicos Internacionales de Atenas, oficialmente conocidos como los Juegos de la I Olimpiada. En estos Juegos, celebrados entre el 6 y el 15 de abril, participaron 241 atletas de 14 naciones distintas, resultando unas Olimpiadas muy exitosas.
La continuación del fenómeno olímpico
Desde los Juegos de Atenas en 1896, las Olimpiadas se celebraron regularmente cada 4 años en distintas ciudades (Paris 1900, Sant Louis 1904, Londres 1908, etc). El ciclo olímpico tan solo se interrumpió en tres ocasiones (1916, 1940 y 1944), a causa de las dos grandes conflagraciones mundiales, la primera y la segunda guerra mundial, que asolaron el mundo.
A partir de este momento, la historia de los Juegos Olímpicos de verano en la era moderna está directamente vinculada a la de sus sedes organizadoras.
Fallecimiento del Barón de Coubertin
El Barón Pierre de Coubertin falleció en la ciudad suiza de Ginebra, en septiembre del año 1937. En este momento, el movimiento olímpico estaba plenamente instalado a nivel internacional.
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