El yoga, taichi, chi kung, así como el método Pilates, la eutonía, la antigimnasia, son algunos métodos de trabajo corporal que por medio de la práctica suave y consciente de movimientos y posturas nos ayudan a mejorar la salud del cuerpo y de la mente.
Estos métodos organizan la práctica de un tipo de ejercicios por medio de unos principios y normas de trabajo para dirigir la práctica al equilibrio interno.
En la sociedad del bienestar este tipo de actividades han cobrado gran interés porque se considera que la mayoría de nuestros problemas de salud vienen derivados del sedentarismo y el estrés propio de la vida urbana.
Estos métodos permiten centrar la mente en lo que estamos haciendo en este instante, desviando la atención de nuestros problemas y preocupaciones. La atención en el presente y en nuestro cuerpo nos aporta una calma que permite la normalización de nuestro interior que en condiciones normales tiende al reequilibrio, con lo que tranquilizamos la mente y reducimos las tensiones corporales.
En el ámbito de estos sistemas de trabajo podemos distinguir dos grupos en función de su origen: Orientales y occidentales.
En la cultura oriental, siempre se dio gran importancia a la unión del cuerpo y la mente en todas las acciones. De este interés surgieron actividades como el yoga (cuyo origen es muy antiguo y difícil de ubicar), el zazen o el taichi, entre otras, que traen asociado un trasfondo filosófico propio de su cultura de origen.
Así estas actividades se han tomado como medio para alcanzar la perfección y la máxima realización personal a través de la acción por lo que la práctica es muy minuciosa e implicada, llegando a trasladar la práctica de la meditación, por ejemplo, a la vida cotidiana.
En occidente se ha tomado contacto con estas actividades en los dos últimos siglos y ha importado las actividades consiguiendo un alto grado de aceptación.
Pero en la cultura occidental nos cuesta más esta integración y la práctica de estas actividades la convertimos en un medio para conseguir una solución a nuestros problemas de estrés, cuando el problema es propio de llevar nuestra vida a una velocidad distinta a la que nos pide nuestro cuerpo.
Por eso estas actividades se han enfocado en la mayoría de los casos de una manera diferente adaptando su práctica a lo que nosotros nos podemos implicar, tanto en tiempo como en atención convirtiéndose en una actividad que realizamos en ese hueco de tiempo que nos queda dentro de nuestro apretado horario.
De la asimilación de los principios básicos de trabajo, así como del desarrollo de los conocimientos sobre el cuerpo humano, han surgido en nuestra cultura otros métodos más adaptados a nuestra forma de vida.
Así encontramos el Pilates, la Eutonía, y ciertos sistemas que fusionan la metodología de otros programas, como el yoguilates.
En futuros capítulos vamos a exponer los métodos más conocidos para poder escoger el que más nos guste a la hora de comenzar la práctica de alguno de ellos.
Por las características de cada forma de trabajo, hay algunas que nos van a venir mejor que otras. Por ejemplo, hay personas a las que les cuesta menos enfocar la atención en actividades que implican movimiento (taichi, pilates), que en aquellas más estáticas (como el zazen).
Continuará …
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