Se atribuye el nombre de cíclico a todo aquel deporte que se caracteriza por basar su práctica en el uso de un modelo de movimiento muy sencillo llamado ciclo, el cual acaba en la misma posición donde empezó para facilitar así su encadenamiento sucesivo (movimiento cíclico).
Los movimientos cíclicos nos sirven para provocar un desplazamiento continuado. Así un salto intenso nos desplaza hasta el lugar donde caemos, pero al no ser fácilmente encadenable con otro, no se puede considerar como una forma de desplazamiento.
Sin embargo, un paso de carrera (que se puede considerar como ciclo) provoca un desplazamiento más prolongado si se encadena sucesivamente con otros iguales, ya que es un movimiento que permite una continuidad.
Como este tipo de deportes se basa en la repetición de un movimiento cíclico, el cual sólo nos sirve para producir un desplazamiento, la orientación de estos deportes cíclicos está en la búsqueda de un rendimiento en actividades de desplazamiento.
Así, los retos que ofrecen las actividades de desplazamiento serían la competencia directa en las mismas condiciones con otros rivales en una lucha contra el cronómetro para cubrir las distancias lo más rápidamente posible.
Para ello tiene que establecerse una distancia determinada sobre la que competir (100, 200, 1500 metros, …) y el tipo de lugar o superficie sobre la que hacerlo (suelo, pista, piscina, río, carretera, …), así como las condiciones generales sobre las que hacerlo, entre las que tiene que quedar muy claro el tipo de equipamiento que se pueden utilizar (tipo de bicicleta, remo, …).
Las condiciones de competición tratan de homologarse cuando se practican en establecimientos diseñados a tal fín (piscinas, pistas de atletismo, velódromos), para garantizar que las marcas cronómetradas se consiguen siempre en las mismas condiciones y que así puedan servir de referencia para los demás (records mundiales, olímpicos, etc).
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Tipos de competición
Cuando el deporte está basado en la competición con otros rivales para recorrer una distancia en el menor tiempo posible, la competición se puede plantear de diversas formas:
– Todos los deportistas compiten a la vez compartiendo el mismo espacio (maratón, ciclismo en ruta, …) , de manera que el ganador de dicha carrera es el primero que recorra la distancia estipulada, al margen de que se cronometren los tiempos invertidos para establecer comparaciones con los resultados de otras carreras (series clasificatorias, o records).
– Todos los deportistas compiten simultáneamente pero en espacios reservados para cada uno, para evitar accidentes provocados por contactos fortuitos entre sí (carreras de velocidad, atletismo), o que la acción de alguno de ellos pueda entorpecer el desplazamiento de otro (natación en piscina).
– Los deportistas participan uno a uno sobre la misma distancia y se recurre al cronometraje para determinar el ganador (contrarreloj ciclista).
Pero las competiciones no tienen porque ser exclusivamente de carácter individual, sino que en los deportes cíclicos también se han establecido cierto tipo de variantes basadas en la colaboración por equipos.
Así nos encontramos por un lado las carreras de relevos, en las que el resultado final de la prueba resulta de la suma de los esfuerzos parciales encadenados de todos los componentes del equipo, cada uno de los cuales recorre un tramo normalmente equivalente de la distancia total.
Algunas especialidades de ciclismo en pista también dependen de la cooperación de varios miembros de un equipo en un esfuerzo táctico por conseguir la victoria.
Por otro lado, los equipos intervienen simultáneamente en el esfuerzo por movilizar el elemento que se desplaza, como es el caso de las clásica regatas de remos.
Los criterios de igualación
El sentido de un deporte cíclico está en la búsqueda del máximo rendimiento en una forma de locomoción, y por eso es preciso que se conserve el nivel de competitividad para mantener el interés en dichas pruebas.
En este sentido, en los deportes cíclicos se establecen distintas categorías en función de edad y sexo para garantizar una mayor igualdad entre los participantes.
Por otro lado, las categorías nos sirven para poder establecer adaptaciones a la prueba, para que su duración y condiciones estén adaptadas a las posibilidades fisiológicas del individuo (los niños por ejemplo suelen participar en variantes mucho más reducidas que los adultos).
La lucha por el record es otra de las motivaciones naturales de estas pruebas en ese afán de búsqueda de los límites naturales del ser humano, lo que requiere una rigurosa homologación de la actividad para que los resultados obtenidos por los competidores se puedan considerar como referencia respecto a la que comparar otros.
Los distintos reglamentos establecen con precisión la normativa en la que se tienen que desarrollar las competiciones, pero cuando queremos homologar las marcas obtenidas en un lugar para compararlas con las conseguidas en otro lugar y momento, es preciso que ambos recorridos presenten las mismas condiciones, y eso sólo es posible cuando hablamos de instalaciones específicas homologadas (pistas de atletismo, piscinas, etc).
De esta manera, tan sólo los records conseguidos en instalaciones que cumplen con todos los requisitos se pueden homologar, por lo que una instalación deportiva tiene que pasar por este proceso de verificación antes de poder acoger una competición de carácter internacional o nacional incluso.
La diferenciación de especialidades
Como hemos comentado en otra ocasión, la filosofía común para todos los deportes cíclicos es la de competir con otros deportistas en recorrer una distancia establecida en el menor tiempo posible, utilizando un tipo de locomoción concreta, en la que el esfuerzo físico es el motor del movimiento.
Para clasificar los deportes cíclicos en primer lugar podemos diferenciarlos en función del tipo de movimiento utilizado o técnica deportiva, algunos de los cuales se practican en tierra (carrera, ciclismo, esquí de fondo…), mientras que otros lo hacen en agua (remo, natación).
En este sentido, algunos de estos deportes requieren la utilización de elementos materiales para su práctica (canoa, bicicleta, esquís, patines, etc).
Por otro lado, cada especialidad deportiva se puede diferenciar en otras muchas en función de las distancias sobre las que se compiten. Así por ejemplo, en atletismo nos encontramos con una secuencia de distancias lisas de 100, 200, 400, 800 … etc., cada una de las cuales requiere un alto grado de especialización si se quiere practicar al más alto nivel.
Porque nuestras capacidades físicas responden de una manera diferente en función del tiempo en el que estamos ejecutando un movimiento si este se realiza a su máxima intensidad, y eso es lo que ocurre cuando competimos con otros individuos.
De ahí que un corredor de 400 metros especialice el desarrollo de sus cualidades físicas de una manera diferente a como lo tiene que hacer otro de 1500 metros si quieren alcanzar su máximo rendimiento.
De ahí que aunque ambos sean corredores, ninguno de ellos tendrá opciones serias de éxito si compite en la distancia del otro, lo que indica el alto grado de especialización que se produce en cada una de las distintas especialidades, aunque en algunos casos se puede llegar a rendir en las distancias más parecidas.
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