La tiamina es la primera vitamina hidrosoluble del complejo B que fue descubierta, de ahí que recibió también el nombre de vitamina B1. Como su descubrimiento vino relacionado con la búsqueda de una cura para el beriberi, pasó a ser conocida además como antiberiberi o antineurítica.
El beriberi es una enfermedad que afecta esencialmente al sistema nervioso y al corazón, provocando problemas emocionales y dificultades en la actividad mental, a parte de entorpecer la locomoción y producir rigidez muscular.
La principal función que ejerce la tiamina en nuestro organismo está relacionada con la producción de energía mediante la degradación de los hidratos de carbono, mecanismo fundamental para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y de la musculatura.
En este sentido, la tiamina facilita la alimentación de las células nerviosas gracias a su contribución en la producción de glucosa, y beneficia el buen estado del sistema nervioso y los sentidos, lo que repercute en el estado de ánimo y la actividad mental que mejoran notablemente.
Por otro lado, el metabolismo de los hidratos de carbono es esencial para que la musculatura trabaje correctamente, así como para poder prolongar la duración del ejercicio, ya que los hidratos de carbono son el combustible esencial para la mayoría de esfuerzos físicos, de ahí que las dificultades en la producción de energía por esta vía van a influir directamente sobre el nivel de resistencia del individuo.
La energía producida en el metabolismo de los carbohidratos también contribuye a la alimentación del músculo cardíaco, que tiene que trabajar constantemente, de ahí que la tiamina tenga cierta repercusión en el funcionamiento del sistema circulatorio.
Por último citar, las propiedades regeneradoras de esta vitamina, que contribuye al crecimiento, a la formación de glóbulos rojos y al mantenimiento de la piel.
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