El calentamiento en el ámbito de la actividad física se define como el conjunto de actividades preparatorias que el deportista realiza para ponerse en las mejores condiciones posibles para realizar una actividad posterior más intensa.
El organismo en estado pasivo no está en las condiciones físicas ni mentales para poder alcanzar su máximo rendimiento y por lo tanto para realizar una actividad de gran intensidad.
De ahí que si nos ponemos a ejecutar una actividad de gran exigencia no sólo no vamos a ejecutarla de manera óptima sino que corremos serios riesgos de lesión.
Por eso siempre es conveniente realizar una serie de ejercicios y actividades que progresivamente vayan acondicionando el cuerpo para su actividad posterior.
Tan sólo en situaciones de emergencia, cuando nos atacan o corre riesgo nuestra vida el cuerpo puede activarse instantáneamente para aplicarse a fondo en esa situación que puede poner en peligro su supervivencia.
Por medio de la liberación de adrenalina el organismo es capaz de ponerse inmediatamente en situación para moverse sin problemas a su máxima velocidad o para realizar el esfuerzo físico más duro.
Pero a parte de que esto sólo sucede si realmente se percibe este peligro y que eso es difícil de provocar voluntariamente, no nos sería aconsejable llevar una vida cargada de sustos.
El calentamiento por tanto va a suavizar la puesta en marcha en cualquier ejercicio y por ello es uno de los principales conceptos y hábitos que el deportista debería adquirir.
El calentamiento si está bien hecho tiene que predisponer en las mejores condiciones posibles al deportista para la ejecución posterior del ejercicio, y eso incluye la preparación física y la mental.
En este sentido la predisposición psíquica no se puede descuidar a la hora de realizar un ejercicio físico o deporte a la máxima intensidad, por lo que el calentamiento tiene que despertar las facultades psíquicas que se necesitan para ello.
Es obvio que un luchador necesita grandes dosis de activación mental y física, y tiene que conectarse al máximo con su agresividad e intensidad mental, mientras que el tirador de precisión por otro lado necesita encontrar el máximo nivel de calma para poder afinar su puntería.
Pero en ambos casos el deportista según avanza en su calentamiento se va apartando de la dispersión externa y se va centrando progresivamente en el tipo de ejercicio que va a realizar.
De esta manera podemos conseguir el máximo rendimiento y podemos evitar muchas lesiones derivadas de la falta de concentración en la tarea.
Por otro lado, a nivel físico el calentamiento es una actividad que se puede calificar de general en la medida que activa los mecanismos fisiológicos del organismo, como elevar la temperatura corporal, activa la circulación, activa los mecanismos respiratorios, calienta los músculos activando sus facultades de fuerza y flexibilidad.
Pero también es una actividad específica en la medida que tiene que estar orientado para preparar al organismo concretamente de cara al ejercicio que va a realizar con posterioridad.
De hecho, el calentamiento de un corredor de velocidad difiere en bastantes parámetros respecto al del corredor de resistencia, tanto en el tipo de ejercicios como en la intensidad y duración de estos, y eso que ambos casos estamos hablando de corredores, que se dedican al mismo tipo de movimiento.
Planificación del calentamiento en el deporte
El calentamiento como ya se ha comentado, es un elemento esencial en el entrenamiento, a través del cual el deportista puede activar su cuerpo y su mente para poder desempeñar su actividad deportiva en las mejores condiciones posibles, reduciendo entre otras cosas el riesgo de lesiones.
También se comentó que el calentamiento debería estar adaptado a la actividad que se va a realizar posteriormente, es decir que tiene que ser específico para que se alcance el máximo rendimiento físico y mental.
Por eso es fundamental que el calentamiento se planifique en relación a las características propias de la actividad a realizar, a partir de un análisis previo de la misma, similar al que realizaríamos para distinguir los factores del rendimiento que tenemos que entrenar.
A partir de este análisis habría que identificar los elementos esenciales que influyen en el rendimiento (mejorándolo o limitándolo), así como contemplar los movimientos críticos que impliquen riesgo de lesiones.
Por lo tanto, el calentamiento se organiza respetando el ritmo de activación general del organismo, pero se centra en aquellos aspectos fundamentales para nuestra actividad, por lo que podemos estructurarlo en dos fases:
Calentamiento general: En esta fase nos vamos a centrar en activar las cualidades físicas del organismo de una manera general, objetivo que se puede conseguir dividiendo esta fase del calentamiento en otras secciones:
Ejercicio aeróbico: Iniciamos el calentamiento con la práctica de un ejercicio de resistencia ligera (movimiento cíclico) realizado a una intensidad mínima y durante pocos minutos (normalmente cinco o diez minutos, excepto en el caso de los deportes de resistencia en los que esta fase debería prolongarse más).
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