Como se ha visto en capítulos anteriores, el fartlek es un sistema de entrenamiento que al margen de sus diversas variantes se caracteriza por la alternancia de los esfuerzos dentro de un ejercicio que se realiza de manera continua, es decir sin interrupciones.
En este sentido, el fartlek podría agruparse en el conjunto de los métodos continuos variables de entrenamiento de la resistencia, en el que también podemos integrar el sistema continuo progresivo.
Los métodos continuos variables son aquellos en los que se mantiene ininterrumpidamente la ejecución de un tipo de ejercicio o movimiento, pero sometido a continuas variaciones de su nivel de intensidad.
Esta variabilidad en los esfuerzos implica una alternancia entre fases de esfuerzo que se ejecutan a una intensidad más elevada y otras realizadas de un modo más relajado, en las que el organismo sostiene la ejecución del ejercicio a pesar de la fatiga acumulada, sumando el esfuerzo de moverse al de recuperarse.
Este tipo de recuperaciones dinámicas, en las que tratamos de recuperarnos de la fatiga acumulada por el esfuerzo anterior sin dejar de ejecutar un movimiento ligero se denominan recuperaciones activas.
En la recuperación activa, el corazón mantiene un nivel de trabajo más elevado al normal debido al mantenimiento del movimiento, lo que facilita una oxigenación más rápida de los tejidos, así como la eliminación de los productos de desecho.
Por otro lado, el trabajo realizado aunque sea a una intensidad ligera, está realizado en unas condiciones de dificultad para el organismo debido a la fatiga acumulada, por lo que también requiere un esfuerzo de adaptación del mismo, que permita el restablecimiento de la fatiga, a pesar de seguir en movimiento.
Los métodos continuos variables como hemos visto anteriormente permiten mejorar los procesos de recuperación de la fatiga del individuo, por lo que la sesión de trabajo se puede centrar en aquellas fases en las que el nivel de intensidad es más suave, dejando a las fases más intensas un papel secundario, el de provocar un nivel fatiga.
Por otro lado, el método continuo variable permite combinar en la misma sesión de trabajo diversos tipos de cargas, facilitando la posibilidad de realizar un entrenamiento multilateral (que combine en la sesión el trabajo de diversas capacidades físicas), por lo que su aplicación resulta especialmente útil en las fases iniciales del entrenamiento en sus diversos niveles, es decir en las fases preparatorias de la temporada o en las fases iniciales de la formación de un principiante.
La realización de unas fases de recuperación más dinámicas, beneficia el desarrollo de la resistencia a nivel general, pero no permite el desarrollo de ciertos tipos de resistencia específica que dependen de la ejecución sostenida del ejercicio a una intensidad muy elevada, ya que las recuperaciones activas impiden la posterior realización de este tipo de esfuerzos a una intensidad o velocidad muy elevada.
Es por eso que los métodos continuos variables no suelen aplicarse en las fases de precompetición en aquellas disciplinas basadas en el desplazamiento (deportes cíclicos) en las que la duración de los esfuerzos son cortas o medias, es decir en las que hay que se compite a una velocidad bastante elevada (carreras de 200 metros, 400 metros, etc).
Sin embargo, los métodos continuos variables son especialmente útiles para el entrenamiento de aquellos deportes, en los que se producen continuos cambios de actividad y de esfuerzo (baloncesto, fútbol, tenis, voleibol, balonmano, etc).
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