El estilo de nado a croll es por el momento la técnica de desplazamiento más rápida que se conoce para el ser humano dentro del agua sin utilizar ningún tipo de ayuda externa, lo que sumado a su relativa facilidad en relación con los otros estilos, le convierte en el más popular de todos.
Este estilo de natación se identifica fácilmente porque el nadador se desplaza tumbado boca abajo gracias al movimiento alternativo de brazos y piernas, en el que cada brazo tiene que avanzar por fuera del agua para iniciar su trabajo dentro del agua desde un punto más adelantado, a parte del salpicado de agua que genera el constante batido de piernas.
Los brazos trabajan como una especie de molinillo en el que un brazo inicia su movimiento dentro del agua prácticamente cuando el otro lo acaba, por lo que constantemente existe una tracción dentro del agua que mantiene la continuidad de la propulsión.
Por otro lado, las piernas se mueven relajadamente gracias a la inercia que les trasmiten las caderas que las baten de arriba hacia abajo, generando gracias al reducido recorrido que realizan los pies un batido frenético del agua que se hace visible como hemos dicho antes desde el fuera ya que los pies salen parcialmente hacia la superficie salpicando algo de agua.
La amplitud del movimiento de los brazos en contraste con el de las piernas, impide que ambos movimientos estén totalmente coordinados, por lo que en relación al ciclo completo que pueden describir los brazos, las piernas pueden realizar entre dos y ocho patadas (según la intensidad que le demos a su movimiento), lo que puede resultar algo complicado de coordinar para los principiantes.
Por otro lado, puesto que la cara viaja en todo momento sumergida dentro del agua, el nadador necesita sacarla periódicamente para respirar, lo que puede ser un inconveniente que frene su desplazamiento si no se integra con el resto del movimiento. Para resolver este pequeño problema, en el estilo croll se aprovecha el movimiento que el brazo realiza fuera del agua para coger aire con la boca aprovechando el ligero giro que realiza el tronco en este gesto, unido a un ligero giro de la cabeza que permite poner en contacto la boca con el aire sin romper la dinámica del movimiento.
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