Como hemos comentado en anteriores capÃtulos el trabajo anaeróbico es mucho más efectivo que el aeróbico para aumentar el consumo de calorÃas del individuo, lo que favorece la pérdida de masa grasa.
En general el aumento de intensidad en nuestros entrenamientos va a producir una mayor activación del metabolismo de base o basal por lo que es una buena opción siempre que este preparados para sobrellevarla y además esta intensidad esté adaptada a nuestras posibilidades.
El trabajo aeróbico también puede ser intensificado si se fracciona, introduciendo intervalos de recuperación.
De esta manera cuando corremos cuarenta minutos sin interrupción la intensidad del trabajo no puede ser muy elevada porque no podrÃamos mantener la duración del esfuerzo.
Pero si repartimos el tiempo de trabajo en perÃodos más cortos de trabajo alternados con otros de recuperación vamos a conseguir correr a una mayor velocidad.
Asà por ejemplo, podrÃamos correr en una misma sesión de trabajo durante diez, ocho, seis, cuatro y dos minutos, alternando cada tiempo de trabajo con dos minutos de descanso.
Según van reduciéndose los tiempos de trabajo cada vez vamos a ser capaces de correr más rápido por lo que la intervención de la fuerza muscular va a ser mayor, pero sin dejar de ser un trabajo aeróbico ya que es un ejercicio continuo cuya duración se prolonga en más de treinta minutos.
Y decimos continuo porque una recuperación tan corta no va a descender la activación del organismo lo suficiente como para que se interrumpa la situación de esfuerzo fÃsico.
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