El brécol o brócoli es una planta dura de la familia de las crucíferas, por lo que emparenta directamente con el repollo, la coliflor o las coles de Bruselas. Así el brécol se diferencia de la coliflor por su color verde característico.
Su denominación deriva del latín “brachium”, nombre que se le atribuye en base a la forma ramificada de sus cabezas florales, que es la parte que se come de esta planta antes de que madure, además del tramo grueso de tallo que las acompaña.
Esta planta proviene probablemente de Asia Menor, surgiendo a partir de la col silvestre y fue muy usada por los griegos y romanos como alimento para extenderse desde Italia por Europa a partir del siglo XVI.
El brócoli es una verdura que se desarrolla principalmente en las estaciones frescas del año, y actualmente se cultiva en Europa y EEUU, siendo el estado de California el primer productor mundial.
A nivel nutricional el brécol aporta a la dieta grandes cantidades de vitaminas al igual que el resto de crucíferas y de hecho el brécol está considerado como el vegetal que más nutrientes contiene por unidad de peso de producto comestible, lo que le convierte en uno de los mejores aliados para prevenir enfermedades. Por este motivo, sería interesante integrar en la dieta semanal el consumo de brécol, brócoli o alguna otro tipo de verduras de la familia de las crucíferas.
En principio, el brécol está compuesto fundamentalmente por agua, de ahí que su valor calórico sea muy bajo. Pero esto no impide que concentre grandes proporciones de vitaminas y minerales como hemos dicho antes.
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